– ¿Usted conoció a Myriam Stefford?
– No, porque todo eso ocurrió antes de que yo naciera y mi padre no hablaba mucho sobre ella. Yo me moví buscando algún familiar porque tenía información de que ella era de un pueblo cerca de Suiza. Mandé cartas pero nadie contestó. Aunque debo decir que también corre el rumor de que era santiagueña, pero de eso no hay pruebas.
– ¿Cómo era su padre Raúl?
– Mi padre es hijo de un hombre de la Segunda Generación del ‘80 que colonizó La Pampa. De hecho, hay un pueblo en esa provincia que se llama Wilfrid Baron –el nombre de mi abuelo-, quien dejó una fortuna enorme. En el ’30 mi padre inició en Córdoba la industria aceitera y plantó en la estancia de Alta Gracia los primeros olivos.
– Además era escritor y estaba muy comprometido políticamente…
– Es cierto. Era un hombre fantasioso, portador de un carácter nada fácil. Por eso, todo lo que se dice sobre su vida hay que tomarlo con pinzas, lo que sí está bien documentado y es cierto es su participación política. Actuó en el yrigoyenismo en el ’30 cuando asumieron los gobiernos militares de Uriburu y Justo. La postura del partido en esa época era la “abstención democrática” o sea evitar los derramamientos de sangre y no votar en los lugares donde existía el “fraude patriótico”. Pero mi padre junto con un grupito muy pequeño tenía una posición más violenta. Él actuó en algunas “chirinadas” –intentos que no llegaban a ser revoluciones para derrocar a estos gobiernos de facto.
– ¿Por eso estuvo preso?
– Claro, gastó mucha plata en política. Él apoyó a Sabattini, pero cuando se ganó la elección, mi padre y Sabattini comenzaron a tener diferencias porque Amadeo estaba convencido de que se iba a dar una revolución con el ejemplo, mientras que mi padre quería hacer la revolución ahí no más. Entonces, empezó a juntar armas en la estancia de Alta Gracias porque pensaba usarla como base revolucionaria. Sabattini le mandó una advertencia, pero él siguió juntando armas y terminó preso.
– ¿Y qué ocurrió cuando salió en libertad?
– Tuvo una gran desilusión porque el radicalismo ya no lo quería. Mi padre era de tendencia popular, pero ya en el último año evolucionó psíquicamente mal, en un delirio terrible. En su último libro –que no llegó a publicar- habla desde el resentimiento porque obviamente sufrió mucho.
– Con tremenda historia, ¿por qué eligió la ficción para escribir sobre los hechos que rodearon la vida de su padre?
– La gente cree que la ficción es mentira pero no lo es. Escribí una novela sobre mi padre porque en la ficción los hechos pueden reordenarse y tienen un sentido que habitualmente la realidad no da, porque es caótica y muy confusa.
Entrevista publicada en “Abriendo caminos”, revista de Caminos de las Sierras (empresa concesionaria del peaje en la ruta de Alta Gracia). Título de la nota” “Miriam Stefford , la primera mujer que se atrevió a volar”. Sin datos de autor ni fecha.