Álbum familiar

Jorge fue uno de los tres hijos del matrimonio conformado por el escritor Raúl Baron Biza y su segunda esposa, Clotilde Sabattini, militante radical y feminista. En una carta publicada en el diario Clarín, el 30 de noviembre de 1986, Jorge Baron Biza escribió: “He luchado con mi historia familiar, con la manera en que debo acomodar los hechos para seguir viviendo. Procuré durante muchos años no decir una palabra sobre el tema. Después traté de espantar fantasmas, girando con lupa y escarpelo en torno a viejos episodios. Ahora sé que no hay nada que acomodar, ni ocultar, ni exhibir. Que cada amor conserva sus huellas propias, en las que están impresos más allá de las palabras, pero que permanecen firmes, poderosos e inexplicables mucho después que morimos”.

Raúl Barón Biza, Clotilde Sabattini, Cristina –la hija menor- y Jorge Baron Biza en las sierras de Córdoba.

La familia Baron Biza en 1943. Carlos, el hermano mayor, y Jorge junto a sus padres. Cristina, la hermana menor, aún no había nacido.

Clotilde Sabattini y Raúl Baron Biza junto a sus tres hijos

Carlos y Jorge Baron Biza junto a su madre.

“Coty”, como la llamaban amorosamente en la familia. Retrato por Emilia Bertolé.

Una joven Clotilde posa con el monumento a Myriam Stefford de fondo. Clotilde también practicó aviación.

Raúl y Clotilde en los comienzos de su relación. Se casaron en Uruguay en 1936. Ella era casi veinte años más joven que su marido, culta y preparada.

Amadeo Sabattini, abuelo de Jorge Baron Biza. Político radical, fue gobernador de la provincia de Córdoba en el período 1936-1940.

Rosa Benita Saibene, madre de Clotilde Sabattini. La abuela de Jorge Baron Biza había nacido en 1894.

Clotilde, en la primera escuela en la que dio clases en Alta Gracia. Se había recibido de maestra en la escuela Alejandro Carbó de Córdoba y luego se especializó en temas educativos.

Junto a las damas del radicalismo, Clotilde -en sugestiva pose- con vestido floreado y sin mangas. 1945.

En 1945, Clotilde se recibe con diploma de honor de Profesora de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. Luego continúa sus estudios en la Universidad de Friburgo, Suiza, donde se especializó en pedagogía y sociología.

Alberto Sabattini, conocido como “Tucho”, hermano de Clotilde. El 29 de octubre de 1950, en un confuso episodio ocurrido en Villa María, terminó herido de bala al igual que su cuñado, Raúl Baron Biza. Tucho declaró que había intentado auxiliar a su hermana, luego de que Baron Biza le apuntara con un arma.

Clotilde completó sus estudios superiores en Suiza y también viajó por otros países: Francia, Italia, Canadá, Grecia, Estados Unidos, Perú, Chile e incluso el Medio Oriente. Fotografía: Archivo La Voz del Interior.

Clotilde en el Museo del Louvre en París. Fotografía: Archivo La Voz del Interior.

En 1947, un grupo de legisladores radicales homenajearon a Clotilde Sabattini. En la foto se puede ver al ex vicepresidente de la Nación, Elpidio González, y al dirigente Ricardo Balbín.

En 1949 se celebró el Primer Congreso Nacional Femenino de la Unión Cívica Radical y Clotilde será elegida, a sus treinta años, su presidenta.

Susan Hayword, actriz norteamericana famosa en las décadas de 1930 y 40, a quien Jorge Baron Biza le atribuía un cierto parecido con su madre, Clotilde.

Clotilde Sabattini y Eva Perón tenían la misma edad, habían nacido con seis meses de diferencia y aparecen en el mismo momento histórico, en partidos opuestos.

Clotilde Sabattini fue la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta del Consejo Nacional de Educación y la primera maestra, después de Sarmiento, en alcanzar un cargo tan importante.

Clotilde también se desempeñó como profesora en la Escuela Comercial de Ramos Mejía y en la Escuela Nacional de Comercio N°23 de la Capital Federal.

Durante su gestión al frente del Consejo Nacional de Educación (1958-62) impulsó leyes pioneras en materia educativa, como la sanción del estatuto del docente y promovió la creación de las escuelas piloto y las cooperadoras escolares.

A comienzos de la década de 1960, una encuesta encargada para saber quién era “la Mujer del año en Argentina” reveló que Clotilde Sabattini había concitado un 30% de las respuestas favorables.

Durante el gobierno de Frondizi, Clotilde Sabattini recibe una condecoración del Gobierno de Haití por su labor frente al Consejo Nacional de Educación. En la foto se ve a su hijo, Jorge Baron Biza, entre otros familiares presentes en la ceremonia.

Clotilde Sabattini cuando todavía presidía el Consejo Nacional de Educación (1958-1962).

Ante la mirada de su esposo, Clotilde recibe “La Orden del Tornillo” otorgada por el artista Benito Quinquela Martín para homenajear a personalidades destacadas de la cultura y la política. Charles Chaplin, Tita Merello, Vito Dumas, Luis Sandrini, Alberto Ginastera, fueron algunos de los distinguidos.

«Fui la primera mujer que ocupó la Presidencia del Consejo Nacional de Educación; después de ‘hacer punta’, quedó como algo lógico que en una institución donde el 80% son mujeres se ponga en su dirección a otras mujeres. Desde entonces se han sucedido varias presidentas”. Clotilde Sabattini

Jorge Baron Biza acompaña a su madre en el momento de ser trasladada al Sanatorio Otamendi, luego de sufrir la agresión en su rostro por parte de su esposo. Agosto 1964.

Cristina, la hermana menor de Jorge Baron Biza, se suicidó el 24 de junio de 1988.

La familia paterna de Jorge Baron Biza. Sus abuelos, Wilfrid Baron y Catalina Biza con sus hijos: René, María Luisa, Emma, Leandro y a la derecha, sentado con piernas cruzadas, el pequeño Raúl, padre de Jorge Baron Biza.

Wilfrid Baron nació en Caroya, provincia de Córdoba, en 1863. Falleció en Buenos Aires en 1925. Fundador de Colonia Mirasol y Colonia Baron, en La Pampa. Fotografía: Witcomb, Buenos Aires, 1920.

Wilfrid en Colonia Baron, La Pampa, con el Ford T “a bigotes”. Fotografía tomada por su hijo, René Baron, en 1918.

Catalina Biza de Baron en su casa de Buenos Aires, flanqueada por el actor Horacio Ratti y otro comensal. Además, sus hijos René y Leandro (izquierda) y Raúl (derecha).

Rául Baron Biza en Charleston, la publicación creada por él en 1926.

Raúl Baron Biza llevando a su chofer y a su perro en el asiento trasero del automóvil, 1927.

Catalina Biza, abuela paterna de Jorge Baron Biza, dedicó su vida a la caridad. Donó las tierras a los Padres Salesianos, en la localidad de Ramos Mejía, Buenos Aires, para la construcción del Colegio Wilfrid Baron y también se ocupó de los gastos de edificación. Catalina murió en marzo de 1929 a los cincuenta y seis años.

En Venecia, Italia, Raúl Baron Biza. Septiembre de 1930

Raúl posando para un retrato artístico en compañía de otros miembros de la familia.

En la revista Caras y Caretas se comenta la presencia de Raúl Baron Biza en una fiesta organizada por la República de La Boca en el Río Janeiro Murú, un barco. Raúl es presentado como “el señor Baron Biza, Embajador de la Recoleta” y se lo ve flirteando con la Miss Argentina de aquel entonces.

“Un asalto de contrabandistas” era el tema de una de las fiestas organizadas por Raúl Baron Biza en su mansión ubicada en la avenida Quintana 936.

El salón de fiestas de la casa de Baron Biza se transformó en un buque anclado en una isla misteriosa frente a una taberna. Los invitados debían concurrir con atuendo de marinero o menesteroso. La comida ofrecida fue rigurosamente “de puerto”: pizza, fainá, pescado frito y macarrones.

En las fiestas, los invitados que no tenían conducta alcohólica eran “encarcelados” en unas salas acondicionadas para “borrachos”, hasta que se les pasara el efecto. También era una parodia del régimen político de la época.

Rául Baron Biza encarnó la figura del bon vivant porteño.

Baron Biza contó que entre 1913 y 1931 residió mayormente en el exterior. Volvía a la Argentina sólo por temporadas. Su currículum incluía viajes en transatlántico, estudios en la Universidad de Harvard, cabarets en París, audiencias en el Kremlin y raids aéreos, entre otras actividades.

Raúl Baron Biza con Myriam Stefford, actriz de origen suizo, quien se convertiría en su primera esposa. En esta imagen, Stefford luce algunas joyas que le obsequió su enamorado.

“Rubia, de un rubio noble y puro que semeja un halo luminoso en torno de su rostro maquillado, de ojos inmensos y oblicuos, y su boca muy dada de carmín, tiene sin embargo el aspecto de una de esas heroínas de novela moderna: un poco romántica, un poco superficial, un poco perversa”. Palabras de Raúl Baron Biza en la revista Charleston.

Myriam y Raúl en la cena de gala del Plaza Hotel.

Raúl y Myriam Stefford de vacaciones en los Alpes Suizos.

Raúl y Myriam Stefford en la Estancia de Alta Gracia.

Myriam Stteford y Raúl Baron Biza junto al piloto Luis Fuchs. Este último acompañaba a la joven aviadora en el raid aéreo para unir 14 provincias argentinas y – al igual que ella – falleció en el accidente del 26 de agosto, cuando el avión de precipitó a tierra fatalmente, en cercanías de Marayes, provincia de San Juan. Fuchs había sido piloto durante la Primera Guerra Mundial.

René Baron, tío de Jorge Baron Biza. Médico psiquiatra, filántropo, y hermano de Raúl, posa en Hollywood con Oliver Hardy, “el gordo” que era partenaire del flaco Stan Laurel, 1942.

René Baron con la actriz estadounidense Joan Crawford. Hollywood, 1942.

René Baron con invitados en su mansión de Hollywood, entre ellos, el director de cine Alfred Hitchcock.

René Baron conversando con el actor de cine Errol Flynn.

En Nueva Guinea, René Baron junto a un jefe indígena, 1928.

René Baron con el actor Florencio Parravicini y Mona Maris, la amante de Gardel. 1933.

René Baron en la tumba de Karl Marx en Londres.

En el primer aniversario de la muerte de Myriam Stefford, Raúl Baron Biza –acompañado por familiares, pilotos y amigos- concurre al cementerio de la Recoleta para descubrir una placa de bronce en homenaje a la aviadora. Agosto 1932.

Raúl Baron Biza en el entierro de Hipólito Yrigoyen, 1933.

Raúl Baron Biza en Brasil, exiliado, tras el levantamiento de los radicales en Paso de Los Libres, 9 de enero de 1934.

Luego de declarar ante el juez, Raúl Baron Biza es liberado junto a otros detenidos en la causa por “tentativa de complot revolucionario”.

Amadeo Sabattini, en el centro, con traje claro y corbata negra. Era la figura más prominente del radicalismo y había sido recientemente elegido como gobernador. Asistió a la colocación de la piedra fundamental del monumento a Myriam Stefford en Alta Gracia.

Raúl Baron Biza y el avión con el que hizo campaña a favor de Amadeo Sabattini, su futuro suegro, en 1935. En las alas se puede leer parcialmente el nombre de Sabattini.

Rául Baron Biza, Clotilde y su hijo Carlos, de regreso de Estados Unidos tras meses de estadía. Raúl anuncia detalles de su proyecto para importar maquinarias para la plantación de olivares y la fabricación de aceite en Córdoba.

Raúl verifica la calidad de sus olivos en Alta Gracia.

Raúl y Clotilde en una cena. Archivo: La Voz del Interior.

Una de las últimas imágenes de Raúl Baron Biza.

Myriam Stefford de niña, a la derecha, en el jardín de la casa de su tío. Había nacido con el nombre de Rosa Martha Rossi el 20 de octubre de 1905, en Berna, Suiza. (Archivo Carlo Rossi).

Myriam Stefford comenzó su carrera en el teatro y luego saltó a la pantalla grande. Debutó en los estudios cinematográficos alemanes en La Duquesa de Chicago, luego en Póker de ases y también en una de las tantas versiones de Moulin Rouge.

Myriam Stefford luce un vestido de Chanel cuya falda está conformada por numerosos pétalos de seda. La fotografía apareció en uno de los números de la revista Charleston que editó Raúl Baron Biza en 1926.

Myriam Stefford en las pistas de esquí de Saint Moritz, en pleno noviazgo con Raúl Baron Biza.

Myriam y Raúl se enamoraron en Viena, en 1925, y durante algún tiempo disfrutaron de balnearios, cocktails y pistas de esquí.

Esta fotografía de Myriam Stefford apareció en la revista del Hotel Lido, en Venecia, donde la actriz aguardaba el día de su boda. El casamiento ocurrió en Venecia, el 26 de septiembre de 1930. La ceremonia civil se hizo en el Palacio Daniele y la fiesta en el Hotel Excelsior.

Nota aparecida en La Prensa, en 1931, en la que se ve a Myriam Stefford paseando por el parque Tiertgarten de Berlín con su mascota: un leopardo amaestrado llamado “Gaucho”.

Durante los seis años que compartieron Myriam y Raúl Baron Biza llevaron una vida llena de lujos: dancings, vestimenta exclusiva, boites, vida de club y de estancia, palco exclusivo en el Colón, jazz bands, fichas de casino, “cigarettes”, pieles, sedas, charleston y mucha extravagancia.

Myriam posa en un auto Stutz considerado de “lujo extremo” para la época. Fabricado con perfección artesanal, cada Stutz podía considerarse una pieza única. La producción en serie jamás existió para esta ostentosa marca norteamericana.

Retrato de Myriam Stefford pintado por el artista austríaco Max Werner en 1931.

Durante la primera visita de Myriam Stefford a la estancia de Baron Biza en Alta Gracia, rebautizada con su nombre, pudo apreciar unas sábanas bordadas con la inscripción “Esta noche o nunca” y “Esta noche y siempre”.

Myriam Stefford luce un total de once brazaletes. Oro, brillantes, perlas y esmeraldas prendidas a engarces afiligranados. En la mano derecha, un anillo coronado por una esmeralda y en el dedo índice, de esa misma mano, un enorme diamante facetado de 45 quilates.

Según un cronista de la revista Caras y caretas: “La señorita Myriam Stteford, que participó de la cena de gala en el Plaza Hotel llamó la atención por su belleza y, sobre todo, por la joyería de pulseras que se colocó en el brazo izquierdo y que constituyó, como es fácil imaginar, el comentario de cada uno de los concurrentes”. Tan sólo las joyas del brazo izquierdo representaban un valor de más de cien mil pesos de la época.

Además del modelaje y la actuación, Myriam Stefford se interesó por la aviación. Había realizado unos vuelos en Europa pero más que “experta” era una mujer intrépida. Su brevet de piloto tenía el número 358 y había sido obtenido apenas unos días antes de su partida final.

Su primer vuelo de larga distancia , de seis horas, fue realizado en julio de 1931 – un mes antes del accidente en el que perdió la vida- desde Buenos Aires hasta Alta Gracia, provincia de Córdoba, donde descansan sus restos.

Un diario de la época informa sobre el desafío asumido por la audaz Myriam Stefford: cubrir 4.100 kilómetros en sólo cuatro días con una avioneta bautizada “Chingolo”. Partió el 18 de agosto de 1931 del Aeródromo de Morón con dirección a la ciudad de Paraná, acompañada por su instructor de vuelo, Luis Fuchs.

“El chingolo, además de ser un pájaro bien criollo, reúne todas las condiciones de modestia indispensable para mi raid. Yo, al igual que el chingolo, volamos sin pretensiones y bajo el aliento de nuestro propio esfuerzo” (Myriam Stefford).

Myriam Stteford consideraba este raid por las provincias argentinas como una gira preliminar. Con este mismo aparato planeaba partir en octubre de 1931 hacia los Estados Unidos por la ruta del Pacífico y llegar hasta Nueva York.

Aunque podía alcanzar los 160 kilómetros por hora y disponía de una autonomía de vuelo de ocho horas, el Chingolo era un aparato frágil. Myriam Stefford y su acompañante, Luis Fuchs, hicieron el viaje sentados en sus butacas y con medio cuerpo afuera.

El avión estaba pintado enteramente de blanco, salvo la cabeza, de color rojo. Carecía de radio y se detendría únicamente para cargar combustible. Pero los planes se trastocaron y el avión bajó a tierra varias veces. El primer aterrizaje de emergencia fue en Entre Ríos y luego en un paraje salteño llamado Los Cerrillos donde el avión quedó inutilizado luego de un aterrizaje complicado.

Para continuar con el viaje, Stefford consiguió un avión sustituto que fue bautizado Chingolo II. El 24 de agosto de 1931 el avión despegó de la ciudad de La Rioja y se desplomó en cercanías de Marayes, un paraje desolado ubicado en la provincia de San Juan. Eran las diez y media de la mañana y sólo faltaban cien kilómetros para culminar la etapa.

Los restos de Myriam Stefford y Luis Fuchs fueron trasladados en tren desde San Juan a Buenos Aires. Una vez en la Estación de Retiro, los dos féretros fueron conducidos al Centro de Aviación Civil en calle Florida. A la mañana siguiente, el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio de la Recoleta. Cinco mil personas acompañaron la carroza que llevaba los ataúdes de los dos pilotos.

Cuadro de Myriam Stefford colocado en tumba que construyó Raúl Baron Biza en Alta Gracia para recordar a su amada: la primera mujer aviadora muerta en un accidente aéreo en Sudamérica. El monumento de 82 metros de altura –cinco más que el obelisco porteño- se inauguró el 30 de agosto de 1936.

Clotilde Sabattini junto a su hija, Cristina Baron Biza. La imagen muestra las cicatrices en el rostro de Clotilde, tras la agresión con vitriolo que recibió de parte de su esposo.

Clotilde Sabattini y Raúl Baron Biza, junto a su hija Cristina.

Noticia publicada en la revista Mundo Argentino, anunciando la muerte de Myriam Stefford, 2 de septiembre de 1931

Clotilde junto a Marie-Claude Vaillant, quien fue miembro de la Resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial y fotoperiodista, deportada a Auschwitz en 1943. Sobrevivió a la guerra y se convirtió en comunista.

En el centro de la escena, una joven Clotilde Sabattini en la redacción de La Semana Radical. Este semanario, el cual alcanzó una tirada de 30 mil ejemplares y veintidós números, incluía mucha información sobre la situación de la mujer en el país y el mundo.

Clotilde Sabattini cuando dirigía, junto a su esposo, el periódico partidario La Semana Radical, editado en 1946.

En Niza, Myriam Stefford días antes de la boda con Baron Biza.

Myriam Stefford soltera, cuando participaba de concursos de belleza en Europa.

Raúl Baron Biza y Myriam Stefford compartiendo un momento juntos.

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Clotilde Sabattini: Presidenta del Consejo Nacional de Educación

En junio de 1958, Clotilde Sabattini fue nombrada presidenta del Consejo Nacional de Educación y se convirtió en la primera mujer argentina en disponer de un cargo gubernamental tan alto. Durante su gestión se sancionó por ley el estatuto del docente, se promovió el doble turno escolar y la enseñanza de otro idioma. Además, se crearon las “escuelas piloto”, las cooperadoras escolares y los programas de perfeccionamiento para maestros.