Lugares

Jorge Baron Biza vivió en Buenos Aires, también en Friburgo del Sarine y Montevideo, ciudades que acogieron a sus padres en la época peronista. Rosario, Villa María, La Falda, Milán y Nueva York fueron otros lugares de residencia en distintos momentos. Esa condición errante era constitutiva de su identidad, fundamentalmente por los avatares familiares que lo habían llevado a rebotar de ciudad en ciudad durante toda su vida. Finalmente, a mediados de la década de 1990, Jorge regresó a Córdoba donde pasó sus últimos años. Esa provincia mediterránea había sido gobernada por su abuelo materno, Amadeo Sabattini, entre los años 1936 y 1940. Ahí mismo, en cercanías de la ciudad de Alta Gracia, su padre había erigido un monumento en forma de ala, de 82 metros de altura, para enterrar a su primera esposa, Myriam Stefford. Córdoba era una caja de resonancia de las tragedias familiares y cuando Jorge Baron Biza eligió ese lugar para radicarse definitivamente sabía que, una vez más, iba a tener que enfrentarse a los fantasmas del pasado y aproximarse al ojo de un torbellino amenazante que podía arrastrarlo.